En la batalla del Alfambra fue hecho prisionero el Siervo de Dios, Ismael de Tomelloso, y comenzó la lección ( el martirio lo llamaron algunos escritores entonces) de su silencio. El señor Cardenal ha recordado lo cruel que fue aquella batalla y lo mal que lo debieron pasar los prisioneros como Ismael por haber sido el invierno más frío que se recuerda en aquellas tierras (-20º), según ha conocido por los testimonios directos de su familia, porque el Cardenal nació en Alfambra el año antes de comenzar la guerra civil. También destacó el interés que tiene el monumento levantado en la Plaza de Alfambra en el que se recuerda a todas las víctimas de la guerra civil sin exclusión alguna.
