PRESENTACION DE LA ASOCIACION PARA LA CAUSA DE CANONIZACIÓN DEL SIERVO DE DIOS ISMAEL DE TOMELLOSO.

Por el Rvdo. D. Mariano Mainar Elpuente

ZARAGOZA, 9 DE NOVIEMBRE DE 2012

Al comienzo de mis palabras me parece obligado cumplir con un deber de cortesía saludando a los queridos amigos de Tomelloso, que han venido de propio a este acto, presididos por don Matías Rubio, párroco de la Asunción de aquella ciudad. Nos honran con su presencia, nos contagian su entusiasmo por Ismael.

Es Tomelloso una verdadera joya en el corazón de Castilla-La Mancha. Ciudad moderna y populosa, cuarenta mil habitantes, laboriosa, cuna de grandes figuras del arte, como la pintura y la literatura. Con razón ha sido llamada la "Atenas de la Mancha". Su producción vinícola le coloca entre los mayores centros de Europa.

Con sus cinco parroquias vive bajo la amorosa mirada de Nuestra Señora de las Viñas. Pertenece a la diócesis del Priorato, donde nació una pléyade de santos, entre los que recordamos por su gran actualidad a san Juan de Ávila, reciente doctor de la Iglesia, de Almodóvar del Campo, patrón del clero diocesano de España. También tierra de mártires, encabezados por el obispo Narciso Esténaga, ya beatificado, al que siguieron cerca de doscientos más, entre sacerdotes y seglares, de los que aprendió el heroísmo nuestro Ismael.

Bienvenidos seáis, amigos de Tomelloso. Os devolveremos la visita. Llevaremos una imagen de la Virgen del Pilar al sepulcro de Ismael. Y tendréis siempre aquí unos hermanos que trabajen con vosotros por la glorificación del hijo más ilustre de Tomelloso.

También quiero saludar a don Blas Camacho. Su nombre quizá no diga nada, o muy poco, para las nuevas generaciones. Pero sí ha quedado grabado en la historia de la política española como alto cargo en los gobiernos de la transición. Dejó la política para dedicarse al cultivo de los santos con la tenacidad de los labriegos manchegos, que ven salir el sol en plena faena y siguen trabajando cuando se han asomado las estrellas en el cielo infinito y azul de Castilla.

Además doy las gracias al equipo de hombres y mujeres que se han agrupado aquí, en Zaragoza, para los nada fáciles comienzos de la Asociación a favor de la canonización de Ismael. Han sorteado muchas dificultades y han superado con alegría abundantes obstáculos. Entre otras cosas, han recorrido una por una las parroquias de nuestra ciudad y han visitado las comunidades religiosas hablando de Ismael. Él les recompensará con creces para seguir adelante.

En fin, esta Asociación que ahora nace en Zaragoza, se siente muy agradecida al señor Arzobispo que con tanto amor paternal nos alienta, así como a los prelados que aquí están con nosotros esta tarde y al numeroso público que nos acompaña. A todos, muchas gracias.


Presidencia
Exposición.

1.- ¿Actualidad de Ismael?

Quiero ceñir mis palabras a algo que considero importante sobre la figura de Ismael. Me refiero a su actualidad. ¿Merece la pena trabajar hoy en su Causa de Canonización? ¿Tiene algo que decirnos Ismael para este momento concreto de la vida de la Iglesia? ¿Posee algún sentido gastar energías en dar a conocer a un muchacho de 21 años que no escribió nada para la posteridad, que apenas trabajó en una limitada parcela apostólica, que pasó como estrella fugaz, muriendo tuberculoso en el anonimato y condición de prisionero de guerra?

2.- Respuesta personal.

A estos interrogantes deseo responder afirmativamente. Sí. Ismael es actual. Su mensaje resulta de una palpitante actualidad entre nosotros. Fundamentalmente me apoyo en el oficio que asumí como miembro de la Comisión Histórica. Por mis manos ha desfilado toda la documentación sobre Ismael. He pasado horas y horas adentrándome en los entresijos de su alma. A la luz de la doctrina tradicional de las Causas de los Santos he meditado en el significado de su breve existencia. Creo que, sin jactancia alguna, puedo presumir de conocer a fondo el secreto de Ismael. Y por ello afirmar, como antes decía, su actualidad palpitante. Permitidme que añada, porque nobleza obliga, que he experimentado personalmente la benéfica intercesión de este candidato a los altares.

3.- Escuchando a Roma.

Pero de poco serviría mi experiencia si no fuera avalada por la doctrina pontificia del momento presente. Estamos en el Año de la Fe. Acaba de terminar el Sínodo para la nueva evangelización. Vivimos dentro del cincuenta aniversario del Concilio Vaticano 11. He aquí tres referencias seguras para presentar la actualidad de nuestro Ismael.

El Concilio Vaticano II en la Constitución Lumen Gentium (nº 40) nos advirtió que todos los fieles de cualquier condición y estado, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y que esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena. Es lo que llamamos ya de modo habitual "la vocación universal a la santidad".

La santidad es cosa de nuestro tiempo, no una antigualla. También el presente florece en santidad, como en Ismael. Tal proximidad cronológica aumenta la intensidad de su valor testimonial, acrecienta la voluntad de su imitación o seguimiento y robustece entre los cristianos la persuasión de que la santidad es todavía hoy posible. ¿Sólo posible? La Madre Teresa de Calcuta contesta de forma lapidaria: "La santidad no es un privilegio para algunos, sino una obligación para todos".

Nos referimos en segundo lugar a la nueva evangelización. Evangelizar por medio de los Santos es una constante en la doctrina de Juan Pablo II y de Benedicto XVI.

Entre muchos textos que pudiéramos aducir, recordemos tan solo la homilía de apertura del reciente Sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización: "Los Santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización. Muestran la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes e incluso hostiles, e invitan a los creyentes tibios a que, con alegría, vivan de fe, esperanza y caridad, a que descubran el gusto por la Palabra de Dios y los sacramentos".

En los últimos años, desde algunas instancias mediáticas de nuestro país se ha calificado reiteradamente a las obras sociales y caritativas de la Iglesia en España como las ''joyas de la corona" de la Iglesia. Sin desvalorizar estas instituciones, las verdaderas ''joyas de la corona" son los santos. Ellos son los que hacen inteligible y creíble el Evangelio.

A este propósito, hay una frase de Ismael que me asombra por su profundidad. Decía: "Como no sé hablar y tengo poca inteligencia, no sé decirle a nadie cosas buenas y de religión; por eso quiero dar ejemplo de vida". ¿No está anticipando Ismael la célebre afirmación del gran Pablo VI cuando dijo que, en este momento de la humanidad, cada vez se apreciará más "el ejemplo de los testigos" que "la enseñanza de los maestros"?

Los Santos embellecen el rostro de la Iglesia en el que si es cierto que hay sombras y arrugas por los pecados y deficiencias de sus miembros, es también cierto que la luz es más intensa que las sombras y que el heroísmo de los santos, nuestros hermanos, es más fuerte que nuestro pecado y nuestra mediocridad. Mostrar tanta hermosura es hoy, sin duda, un excelente camino de evangelización, especialmente atrayente y luminoso en el caso de los mártires o de aquellos que, como Ismael, han muerto soñando con el martirio. ¡Cuántas veces he repetido, en charlas y sermones, la dolorida y justificada pregunta que Tertuliano formulara hacia el año 200: "¿Es posible que tantos mártires hayan muerto para nada?" ¿Será posible que el maravilloso testimonio de Ismael quede olvidado para siempre?

Estamos, además, en el Año de la Fe. Para quien se asome a las páginas de su biografía, la fe de Ismael dejará una profunda huella.

Entre tantos testimonios que pudiera aducir, me ha conmovido fuertemente, hace tan solo unos días, lo que con la sencillez propia de esas benditas mujeres que son las Hermanitas de los Ancianos Desamparados acaban de publicar en un escrito. Proponen a Ismael como modelo de tantos voluntarios que participan con ellas en la misión de atender a los ancianos. Lo presentan como un joven que hizo de la fe la razón de su vida. La fe en Jesús Eucaristía le llevó a pasar largos ratos ante el Sagrario. Y "como la fe actúa por el amor" (Gal 5,6), esa misma fe le condujo a invertir su tiempo libre en ayudar, consolar y alegrar a los ancianos del asilo de Tomelloso, su pueblo natal. Y esa misma fe le motivó a imitar el silencio de Jesús en la Eucaristía, envolviendo de un silencio heroico el sufrimiento en su prisión y en su última enfermedad.

La hermana de Ismael, sor María Cruz, hermanita de los ancianos desamparados, escribió al beato Juan Pablo 11 una carta a finales del año 1966 en la que le decía: "Nos recuerda Su Santidad que el tercer milenio espera la aportación de la fe para que el mundo sea más sereno y más capaz de acoger a Dios. Mi familia pone en sus manos de Padre la vida heroica de nuestro hermano Ismael. Su fe es nuestro mayor tesoro y el mejor don que entregamos a Su Santidad".

4.- La razón del presente acto.

Ahora es Zaragoza la que recibe este don. El 2 de diciembre de 2009, tuvimos aquí la presentación de la biografía escrita por don Blas Camacho Zancada, vicepostulador de la Causa. Intervine entonces lanzando un grito como eco de los versos de Aurelio Prudencio, el gran poeta de la antigüedad cristiana, cuando del diácono Vicente escribía: "Noster est". Nuestro es Vicente, aunque diera la gloria del sepulcro a otra ciudad, a Valencia. Nuestro, de Zaragoza, es Ismael, porque aquí nació para el cielo, aunque su sepulcro se haya concedido a Tomelloso, el pueblo manchego donde nació para la tierra.

Aquel texto, con el informe que presenté a la Comisión de peritos en historia y otras consideraciones que luego escribí, se ha editado en un folleto, a ruegos de la Causa de Canonización abierta en Ciudad Real. Hoy se hace público, avalado por un prólogo del señor Arzobispo de Zaragoza, en orden a proseguir con entusiasmo el procedimiento canónico oportuno hasta obtener la canonización, difundiendo la memoria del Siervo de Dios y rogando al Señor conceda milagros por su intercesión.

A este fin Monseñor Ureña, a 22 de mayo de 2012, dio su consentimiento para que la Asociación nacida en la diócesis del Priorato se estableciera en esta archidiócesis de Zaragoza, manteniendo su dependencia canónica de la diócesis de Ciudad Real. Así se ha verificado instalando la sede en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, en el barrio de Utrillas-Montemolín.

No es casual esta ubicación. A aquel populoso barrio llegaron en el año 1922 los terciarios capuchinos de Ntra. Sra. de los Dolores, conocidos hoy como amigonianos. Su fundador, el siervo de Dios fray Luis Amigó, propagó en él la devoción a la Virgen de los Dolores, amparo y cobijo de la juventud descarriada. Recordamos aquel Reformatorio del Buen Pastor, lamentablemente desaparecido, donde cientos y cientos de jóvenes encontraron luz para sus vidas. Era, ciertamente, algo así como una prisión para menores, pero un correccional sin barrotes ni guardias, un centro educacional de gran categoría espiritual y humana.

También la juventud de nuestros días está presa en las redes del botellón y del sexo, de la discoteca, las drogas y la dependencia a las redes sociales. O gime entre los barrotes de la indiferencia religiosa, el pasotismo, la ignorancia más profunda sobre las verdades de la fe. Si el mejor tratamiento comienza por un buen diagnóstico, quiero recordar el que hace unos días hizo el responsable de la Juventud en la Conferencia Episcopal Española y obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, al asegurar que Jesucristo es un gran desconocido para muchos jóvenes españoles. Llegó a afirmar, pese a no haber cifras oficiales, que más del 50 por ciento de los jóvenes responden que "no" cuando se les pregunta si creen en la existencia de Dios.

Instalando la sede canónica de la Asociación en aquel barrio, donde la Virgen acogió maternalmente a tantos jóvenes descarriados, nos parece que Ismael va a sentirse contento. Su heroísmo final se manifestó entre prisioneros de guerra, en San Juan de Mozarrifar, y murió como un preso más en el Hospital Clínico de nuestra ciudad.

5.- Dos últimas consideraciones.

a) por dónde comenzar. Por la oración. Así nació la Iglesia en Pentecostés. Así tienen su origen las asociaciones verdaderamente eclesiales. El día 5 de cada mes, en recuerdo del 5 de mayo, fecha de la muerte de Ismael, sus amigos y devotos se reunirán en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores para agradecer favores, pedir gracias y suplicar la glorificación del Siervo de Dios.

Y en el próximo Adviento, del 10 al 16 de diciembre, una semana se dedicará a reflexionar sobre la vida de Ismael a la luz del Año de la Fe.

b) ¿y el dinero? La Asociación ha comenzado sin un céntimo, contando sólo con el mecenazgo el apoyo moral de la Asociación matriz de Tomelloso.

Pero confiamos en Ismael, y en vosotros. Dicen en Roma que los Santos, ellos mismos, se pagan sus procesos, suscitando la generosidad de los favorecidos por gracias obtenidas o los que recurren a ellos suplicando favores. En Zaragoza ya ha comenzado a experimentarse la intercesión de Ismael. Estad ciertos que nos ayudará.

6.- Aragón, patria de mártires y de santos

Quiero terminar con un pensamiento de sor Isabel de la Trinidad. Los santos son la prolongación de la humanidad con la que Cristo sigue haciendo resplandecer su rostro. Podría decirse paradójicamente que Cristo nos necesita a cada uno de nosotros para mostrar las extraordinarias riquezas de su gracia.

Los santos no pasan por la historia de la Iglesia como meteoros fugaces, sin dejar huella. Son regalos providenciales de Dios a su Iglesia y, a través de ella, a la humanidad entera. No sólo dan testimonio de la vitalidad de la Iglesia, sino que la transforman, la ponen en movimiento, son constructores de la Iglesia.

Vedlo en Ismael. Acababa de bajar anónimamente al sepulcro en Torrero y poco después veinte mil jóvenes aclamaban a él con los demás que "triunfaron" en la plaza del Pilar, capitaneados por Manolo Aparici bajo la consigna de "Para Santiago, santos". La semilla sembrada en tierra comenzaba a germinar dando frutos. Lo mismo ocurrió cuando la exhumación y traslado apoteósico de sus restos. Yen la concentración que tuvo lugar en Tomelloso, el 20 de mayo de 1956, que congregó a más de veinticinco mil jóvenes de toda España. Ahora ocurrirá lo mismo.

Hace muy poco la revista "El Pilar" publicó un suplemento redactado por el director del Archivo diocesano de Zaragoza, don Juan Ramón Royo García. Lo titulaba "Santidad aragonesa contemporánea". Tomando como fecha inicial del estudio el año 1808, que es considerado como el año en que comienza la historia contemporánea española, y sin contar las legiones de mártires de la persecución religiosa de 1936, de cerca de medio centenar de aragoneses o personas vinculadas a Aragón han sido incoados sus procesos de canonización. Entre ellos está Ismael.

El genio de Goya reflejó en las bóvedas del Pilar una galería espléndida de santos. Son la mejor corona de Aquella que es llamada "Reina de todos los santos". Hoy el mundo necesita santos. Hoy España necesita santos. Y donde está María} florecen los santos} decía Juan Pablo II. Zaragoza seguirá siendo tierra de santos. Ismael es uno de ellos.

Finalmente, me despido de Ismael.

Ismael tiene la suerte de que su postulador, el Padre Valentín Arteaga, prepósito general de los teatinos, es un gran poeta, cien veces galardonado. Y también lo es la secretaria general de la Asociación para la Canonización, Natividad Cepeda Serrano, hija también de Tomelloso. Esta ilustre poetisa, hoy aquí presente entre nosotros, ha escrito un bellísimo poema con el título de Geografía del amor, que es una oración encendida hacia el Siervo de Dios. Con ella quiero terminar mis palabras.


Claustro donde renaces de amor iluminado,
Siervo de Dios, Ismael de Tomelloso,
escancia tu amor hecho plegaria por la aldea global
donde ahora te buscamos.

Silencio de llanura,
llanto sin lágrimas, brote de trigo que en mitad
de la cizaña crece. Viña de Tomelloso para injertar
valores a los jóvenes que ignoran que Dios es el presente,
el Alfa y la Omega, la única exigencia de su vida.

Déjanos tu cosecha, tu ejemplo de abandono y sencillez,
recuérdanos que quisiste ser de Dios y para nadie más.

Pequeño amanuense, al que escuchó el Señor,
desgrana con nosotros las cuentas del rosario a Santa María a la que siempre oraste
y cultiva en nuestras almas la heredad de tu amor
para que a través de tu vida conozcamos a Dios.

Presidencia
Peregrinos de Tomelloso en el cementerio de Torrero visitando la tumba donde estuvo enterrado Ismael el Siervo de Dios.