Manuel Liñán Carrera.


<<4.4.- El autor de la obra de teatro titulada El Miliciano de Amaponte, Presbítero don Manuel Liñán Carrera, de 93 años (nació el 3 de marzo de 1916) es, desde hace más de veinte, Capellán en la Residencia de Ancianos de Virgen de las Flores, de Álora, en Málaga, de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno Franciscanas. Cuando le visitamos pudimos comprobar su magnífica memoria y la jovialidad que demostraba para manejar el ordenador en el que aún escribe libros con una habilidad extraordinaria.

Dice tener muy presente a Ismael en la atención y el cuidado que presta a los ancianos y enfermos a los que ha venido atendiendo por encargo del Obispo de Málaga, y sólo lamenta no poder ser ahora más útil por la limitación de sus movimientos.

Conoció a Ismael de Tomelloso a través del obsequio que le hizo una señora asturiana de la colonia española en Oporto el día de su cumpleaños: era la biografía del Padre Florentino del Valle.

Se quedó tan impresionado con la vida de Ismael que escribió en 1954 El miliciano de Amaponte. Joven modelo de Acción Católica. Fue representada primero por unos turistas españoles en Portugal y después por los seminaristas en el Seminario que tienen los Redentoristas en Oporto. La tradujo al portugués y tuvo un gran éxito. El año 1960 introdujo personajes femeninos pero, curiosamente, no la mandó a la imprenta hasta el año 2005, sin que conociera la iniciación de la Causa, pero ha mantenido una constante correspondencia sobre su obra de teatro con Obispos, sacerdotes y religiosas, como nos acredita con los correos que nos ha entregado (AGC-IT).

Le acompañamos hasta la capilla, donde celebraba misa a las doce del mediodía y, mientras iba en la silla de ruedas, nos iba contando la influencia que había tenido Ismael en su vida. Al entrar en la capilla andando erguido, apoyado en un andador, llegó hasta el altar, lentamente, con visible esfuerzo. Estábamos impresionados por la autoridad que reflejaba, la voz fuerte y clara con la que pronunciaba los textos y permaneció sentado todo el tiempo, salvo en el momento de la consagración. >>