El atentado contra el Papa Juan Pablo II tuvo lugar el 13 de mayo de 1981, en la plaza de San Pedro en el Vaticano. Mehmet Ali Ağca disparó contra el Papa cuatro veces mientras entraba en la plaza. A causa de los graves disparos, el Papa perdió bastante sangre y tuvo que ser hospitalizado. Ağca fue apresado inmediatamente y sentenciado a cadena perpetua por un juzgado italiano. Posteriormente en 1983 el Papa perdonó a Ağca por haber intentado asesinarlo y pidió «rezar por mi hermano [Ağca], al cual he perdonado sinceramente.» Hablaron en privado, en la prisión donde Ağca estaba preso. Ağca besó el anillo del Papa cuando terminó su encuentro. Asimismo, el Papa estuvo en contacto con la familia de Ağca a lo largo de los años: conoció a su madre en 1987 y a su hermano una década después.
El Presidente Italiano Ciampi otorgó el indulto a Ağca a petición del Papa, tras lo cual fue deportado a Turquía en junio del 2000.
En abril de 2005, durante la enfermedad del Papa, Ağca rezaba desde su cárcel en Estambul por la mejoría de Juan Pablo II. Cuando el Papa murió, Ağca declaró estar de luto: «He perdido al Papa, mi hermano espiritual. Me sumo al duelo de mi pueblo cristiano católico» afirmó en un texto distribuido por su abogado.