En el mes de noviembre de 1947, el Obispo Prior de Ciudad Real, Monseñor Emeterio Echevarría, entregó al Santo Padre Pío XII, en su visita ad limina, la biografía del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso que había escrito el Padre Florentino del Valle, y así lo cuenta el Padre Florentino según lo recibió directamente de Monseñor Echevarría:

El Papa pasaba hojas: “¿Acaso esta es una?”. “Muy hermosa es esa, Santidad, pero hay otra mejor. Se la leeré”. Abrió don Emeterio el libro y leyó al Santo Padre la escena de Ismael con el capellán de San Gregorio en el campo de concentración.

El Santo Padre se conmovía. La voz de don Emeterio temblaba de emoción. Fue tanta la que sintió, que no pudo continuar la lectura.

“Miré al Santo Padre y… ¡lo ví llorar! Unos regueros de lágrimas cayeron de sus ojos. Los cerró místicamente y balbuceó: ¡Es un héroe! ¡Esto es sublime!”. Don Emeterio le expuso sencillamente después que era su deseo que resonaran algún día sus nombres bajo la bóveda de San Pedro.

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