Año 2006

El 17 de diciembre de 2006, un grupo de laicos constituimos la Asociación para la Beatificación y Canonización de Ismael Molinero Novillo, más conocido como Ismael de Tomelloso, con el propósito de rescatar del olvido la vida y la muerte del Siervo de Dios.

Durante tres años hemos realizado un trabajo arduo y alegre que nos ha llevado a descubrir que no se trataba sólo de rescatar del olvido la memoria de Ismael, sino que, de una parte, había que indagar las razones del misterioso silencio con el que ofreció su vida a Dios, desde que lo hicieron prisionero los nacionales en la batalla del Alfambra y, de otra, las razones por las que se ha mantenido el silencio durante más de medio siglo hasta que, a principios del siglo XXI, ha resurgido con fuerza su fama de santidad para guiar con su ejemplo a los jóvenes, a los enfermos, a los prisioneros y a los ancianos por el camino de la alegría y del dolor que él vivió en tiempos aún más difíciles que los actuales, con grandes sufrimientos y en silencio.

en menos de tres años se ha podido clausurar el proceso diocesano en el Palacio Episcopal de Ciudad Real, el día 3 de diciembre de 2009, y el trasunto, compuesto de seis tomos de 900 folios cada uno, ha sido presentado el día 10 de diciembre de 2009 en la Congregación para las Causas de los Santos en Roma.

La primera fase, diocesana y local, la hemos querido bautizar como “fase rústica”, por su similitud con los trabajos de las tradiciones agrícolas en Tomelloso: hemos quitado las piedras, hemos roturado la tierra, hemos sembrado y estamos esperando la buena cosecha.

La segunda fase que ahora inauguramos también la hemos bautizado con el nombre de “fase mística”, porque a partir de ahora lo que tenemos que hacer es pedir, rogar, rezar y esperar: “En la esperanza y en el silencio se fundará nuestra fortaleza” (Isaías 30-15).

Hemos pasado de una fase diocesana y local, a una fase romana y universal. Ha sido un gran salto que hemos superado por el entusiasmo de lo que hemos visto y oído, pero somos conscientes que el siguiente paso, el del reconocimiento de las virtudes heroicas del Siervo de Dios hasta su canonización, sólo podremos alcanzarlo pidiendo, rogando y rezando.

Virgen de Loreto

FOTO Virgen de Loreto

La Virgen María, en sus distintas y variadas advocaciones, nos ha acompañado en la fase “rústica”, diocesana y local, y al comenzar esta segunda fase “mística”, romana y universal, ya nos ha enviado un mensaje el mismo día que presentamos el trasunto en la Congregación para las Causas de los Santos: el 10 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Loreto, Patrona de la Aviación, nos ha dado a entender que la Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso va a ir volando, que debemos pedirlo a Dios, Nuestro Señor, por medio de la Santísima Virgen María, con la oración para la devoción privada del Siervo de Dios.

El 25 de agosto de 2006, festividad de Nuestra Señora la Virgen de las Viñas, patrona de Tomelloso, un grupo de laicos de Tomelloso, a los que se sumaron el Señor Obispo Emérito Monseñor Rafael Torija de la Fuente, el Padre Valentín Arteaga Sánchez-Guijaldo, los presbíteros don Félix Torres Olalla y don Leopoldo Lozano Rivas, la Madre Abadesa de las Religiosas Concepcionistas Sor Asunción González Burillo, y las Hermanitas de los Ancianos Desamparados del Hospital-Asilo de Tomelloso,

representando a la Comunidad, Sor Ana María Santa María y Sor Inés Villacañas, firmaron el acta fundacional de la Asociación para la Causa de Beatificación y Canonización de Ismael de Tomelloso y la enviaron al Señor Obispo Prior de Ciudad Real, Monseñor Antonio Algora Hernando, solicitando la apertura del Proceso.

Los Estatutos de la Asociación fueron aprobados por Decreto del Señor Obispo Prior de fecha 4 de noviembre de 2006, e inscritos en el Ministerio de Justicia el 26 de diciembre de 2007, a efectos civiles.

El 17 de diciembre de 2006 se celebró la Asamblea General Constituyente de la Asociación, que aprobó y ratificó los Estatutos, nombró los cargos ejecutivos de la Asociación y acordó solicitar al Señor Arzobispo de Zaragoza, Monseñor Manuel Ureña Pastor, la prórroga de jurisdicción que le correspondía por haber fallecido en Zaragoza el Siervo de Dios. Asimismo, la Asamblea nombró Postulador de la Causa al Prepósito General de los Padres Teatinos, Padre Valentín Arteaga Sánchez-Guijaldo.

Año 2007

El 1 de febrero de 2007 el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Zaragoza, Monseñor Manuel Ureña Pastor, cedió sus derechos a favor del Señor Obispo Prior de Ciudad Real, al encontrarse en esta última la mayoría de los testigos vivos.

El 28 de diciembre de 2007, el Señor Obispo Prior dirige carta al Señor Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, solicitando el “nihil obstat” para la Causa de Beatificación y Canonización de Ismael de Tomelloso.

Año 2008

El 27 de febrero de 2008 el Señor Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, aprueba la prórroga de jurisdicción a favor del Señor Obispo Prior de Ciudad Real.

Finalmente, el 6 de marzo de 2008, la Congregación para las Causas de los Santos concede el “Nihil Obstat” para la apertura de la Causa.

El 14 de marzo de 2008, el Señor Obispo Prior de Ciudad Real concede el decreto de introducción de la Causa y nombra el Tribunal para que, en su nombre, lleve a cabo el proceso de vida, fama y virtudes del Siervo de Dios.

El 5 de mayo de 2008, día que se cumplía el 70º aniversario de la muerte del Siervo de Dios, se celebró el acto de apertura del Proceso en el Palacio Episcopal de Ciudad Real, con asistencia de numerosas personas de las diócesis de Ciudad Real y de Zaragoza, y los señores miembros del Tribunal, el Postulador y el Vicepostulador juraron sus cargos.

Año 2009

El día 6 de noviembre, se edita la 1ª Edición de la biografía “In Silentio…”, siendo presentada el 12 de noviembre en el Obispado de Ciudad Real, el 14 de noviembre en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Tomelloso y el 2 de diciembre en la Casa de la Iglesia en Zaragoza.

Año 2010

Natividad Cepeda, ha publicado en la prensa un artículo titulado «El sudario mojado de la Cruz».

Llovía mansamente sobre el pueblo. Era una lluvia fina y helada de la que surgían charcos en la calzada de alquitrán haciendo que los coches al pasar deshicieran en ráfagas el espejo mojado de las calles. En los termómetros de las farmacias apenas si marcaban cuatro grados de temperatura. El cielo de un blanco gélido amenazaba nieve mientras iban llegando al cementerio las gentes ataviadas con ropas de abrigo, paraguas e impermeables hasta detenerse ante la tumba de mármol blanco de Ismael de Tomelloso. En un extremo de la tumba nos recibía la sonrisa radiante de un joven sin temer las inclemencias del tiempo eclipsando con su mirada la belleza de las flores que, humildemente, se dejaban mojar añadiendo lozanía a su efímera vida. Llovía lavando el agua la desnudez inmóvil de las tumbas. En el preámbulo de la espera aquella tarde del 29 de noviembre del 2010, el cielo derramaba su llanto sobre el silencio del camposanto. Mecía el aire frío los cipreses vistiéndolos de un verdor más oscuro, sin que la desapacible tarde, restara afluencia al recinto. No había en los rostros señales de fatiga,

tampoco de prisa, muy al contrario la gente que se multiplicaba por minutos se la veía emocionada a la espera de que se anunciara la llegada de la cruz viajera.

Llovía aquella tarde penúltima de noviembre sobre las cruces del cementerio, sobre las imágenes de las advocaciones de la Virgen, sobre alas de ángeles orantes, lavando así la ruindad del olvido que el tiempo esparce sobre vivos y muertos.

Desde afuera, en medio de la lluvia, apareció la cruz portada por jóvenes hombres y mujeres envuelta en un sudario transparente de plástico; mojada toda ella rodeada de la melodía del agua.

Algo inexplicable atravesó el aire de la tarde, por el camino de tierra avanzaba la cruz desnuda con un soplo de vida sobre el campo en otoño.

Esperamos callados, con la candela del corazón alumbrando el alma. Si los días, es cierto, que tienen ojos para mirar las cosas que suceden, en ese momento vieron que algo inaccesible sucedía. Llegaba la cruz hasta nosotros prendida en sus brazos el hálito de miles de personas ante la que habían orado. Nos traía la ternura de la ingenuidad de las gentes sencillas de otros continentes y el desgarro inhumano de campos de exterminio.

En el misterio de noviembre, escuchábamos a su paso, el regreso de aquel hombre que nos la donó para que fuera nuestra cruz donde depositar nuestros fracasos, nuestros errores y también nuestro desamor y desencanto. Revivía al mirarla el muchacho polaco que recorrió el mundo hablando de Cristo. Nos llegaba en el viento desnudo del invierno la huella de su andar al bendecir al mundo… Se clavaban las miradas en ella y palpitaba en la memoria la figura contrahecha y peregrina de Juan Pablo II.

Pasó la cruz al cementerio y se detuvo junto a otra cruz de mármol. La pusieron de pie y se alzó por encima del agua y los cipreses moviéndose el sudario de plástico al vaivén de la lluvia quedamente. Delante un poco a su derecha el icono de la Madre; María, siempre al lado de la cruz y al lado de todos los sufrientes.

Los muchachos dejaron las antorchas que portaban colocadas en pebeteros. Las llamas se movían despacio, parecían que se apagarían de un momento a otro, pero no sucedió así, y las llamas de las antorchas replegadas y silenciosas elevaban al cielo su plegaria dejándose besar por el agua en un bautismo infinito de amor.

Sigue cayendo agua sobre los sacerdotes y los jóvenes que, sin paraguas, han empezado a elevar su oración comunitaria. El Obispo, Antonio Algora, proverbial como siempre, con su amplia sonrisa y su pelo mojado, por si acaso a alguno de los presentes se nos ocurre pensar en lo esforzados que estamos siendo al aguantar el chaparrón, nos aclara que el agua de la tarde no es nada comparada con lo que soportó por Dios y por la paz entre los hombres Ismael. Veinte grados bajo cero en Teruel en actitud orante, repitiendo “Soy de Dios y para Dios” “Ni egoísmo, ni dinero ni comodidades, , ni familia ni honores… ¡Sólo Cristo! Mientras cae la lluvia Luís Molinero, hermano del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso, venerable anciano de ochenta y siete años, de pie y sin asomo de cansancio, en silencio, se seca las lágrimas. Nada dice, ni nadie le pregunta nada, respetamos su silencio mientras intuimos la avalancha de recuerdos que le inundan.

Sobre la tarde, la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, es testigo de la sonrisa radiante con la que desde una fotografía, en su tumba, Ismael nos recibe. Quien hubiera podido imaginar que esta cruz vendría el cementerio de Tomelloso, para visitar a un pobre muchacho, que rezaba por todos, con un rosario hecho de nudos de una cuerda de esparto. ¿Quién lo hubiera imaginado? Nadie, salvo Dios.

Colocar el silencio de Ismael en el horizonte universal de la santidad hoy, es columbrar que a pesar de la tendencia actual a lo primordial de la materia por encima de toda espiritualidad, esa realidad se tambalea cuando se constata que algo inmaterial trasciende los límites conocidos.

Vamos y venimos en los andenes de la vida similar a las gotas de lluvia que nunca son las mismas y parecen iguales, pero todo cambia cuando Dios irrumpe. Cuando eso ocurre todo palpita de manera distinta.

La cruz viajera que legó a los jóvenes del mundo el Papa Juan Pablo II, y que Benedicto XVI continúa enviando, ha empezado su recorrido por la Diócesis de Ciudad Real, en la tarde del 29 de noviembre el cementerio de Tomelloso se convirtió en un techo de paraguas que siguió a la cruz debajo de la lluvia hasta la plaza de España, para continuar su peregrinar hasta la Residencia de Ancianos y el templo de Santo Tomás de Villanueva, el rumor del agua cantó con los jóvenes y oró con los mayores, algunos de los más viejos aseguraron que cuando trajeron los restos de Ismael a Tomelloso desde Zaragoza, también el agua lo acompañó.

Y es que el agua nos bautiza al nacer y nos despide al partir. Bendita sea pues la cruz envuelta en su sudario que llegó hasta nosotros en una tarde gris llena de alegría.

Año 2011

El 24 de marzo, se presenta la biografía en la Universidad San Pablo CEU de Madrid. El acto es presidido por el Cardenal-Arzobispo de Madrid Ms. Antonio María Rouco Varela, quien destaca que Ismael de Tomelloso «es un ejemplo para los jóvenes del siglo XXI, tentados por carencias profundas e insatisfacción espiritual»

En el acto, participaron también el vicario de Madrid para la Vida Consagrada, Joaquín Martín Abad, el autor de libro y el presidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero

En la presentación, que comenzó con la proyección de un video sobre la vida de Ismael de Tomelloso, el cardenal Rouco señaló que el esfuerzo de Blas Camacho por recuperar la memoria del joven de Tomelloso, además en el año en el que se celebra en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud, «es muy espiritual».

Para el cardenal se trata de «la recuperación de un santo del primer tercio del siglo XX», una época en la que «a la juventud que tenía fe, le tocó vivir una hora histórica como una hora de martirio». Así, se preguntó si es un modelo para los jóvenes del siglo XXI y respondió afirmativamente porque «los jóvenes del siglo XXI son tentados, muchas veces, por el poder, por un estilo de vida, una visión materialista de la vida, carencias profundas a la

hora de situarse en el camino del presente y futuro de sus vidas y por la insatisfacción espiritual».»Les falta horizonte y también camino», añadió. A su juicio, «la forma de encontrar el camino es volver la mirada al interior, a Dios».

Dijo también que «el modo en como aborda Ismael la historia de su vida, es algo que en el fondo del alma de todos los jóvenes también está latente: amando de verdad, hasta el final, con la fuerza de Dios». Por ello, su ejemplo servirá a los jóvenes del mundo actual, «es un joven de entonces para la España de hoy».

Destacó, además, que «no fue mártir pero vivió martirialmente y que esa elección del silencio por Cristo, acogerse a la Cruz de esa forma tan generosa y oblativa, hace de su vida una vida de testigo y testimonio de bondad y amor para sus compañeros y, también, una invitación a los del otro lado para vivir su victoria de una forma reconciliadora».

Sobre la acción católica, manifestó que la juventud de aquellos años «buscaba un camino nuevo para España». En esta línea, «recuperar la vida de Ismael es de un gran acierto». Concluyó mostrando su deseo de que el proceso beatificación alcance la fase de aprobación de las virtudes heroicas y que pueda llegar a ser santo.

Modelo de santidad para la vida cristiana

El vicario de Madrid para la Vida Consagrada, Joaquín Martín Abad, subrayó que el libro «In Silentio», está escrito por un seglar, Blas Camacho, que recoge la biografía de un joven de Tomelloso, nacido en «un pueblo que quiere un santo».

Así, destacó que después de la muerte del joven Ismael se publicaron muchas informaciones sobre él, aunque reconoció que «en los últimos años, éstas se habían sumido en un ‘silencio’, igual que el que él escogió al final de su vida». En este sentido, puso de manifiesto que, de ser proclamado santo, «sería un joven sin escritos», ya que sólo se conservan cartas, en las que «no se encuentra nada fuera de la fe». «En ellas aparece un buen estilo de comunicar, su gran amor a la familia, el olvido de sí mismo, su capacidad para superar las dificultades…».Su vida giraba en torno a que «al final, todo lo dispone Dios».

«Ismael era un chico que en el conocimiento de la Acción Católica, decidió ser todo de Dios», declaró. Tb destacó el ambiente hostil a la religión en aquel momento, al que, sin embargo, «él ponía paz entre los soldados» y concluyó mostrando su deseo de que sea propuesto «como modelo de santidad para la vida cristiana y como ejemplo para asociación católica y otros movimientos».

Ismael «me está cambiado»

Blas Camacho, partió en su intervención del «destino heroico de Ismael, como para haber sido guardado ‘in silentio'». «Ismael me está cambiando», dijo.

Según destacó, en el silencio reside la Cruz «en la que Ismael se quiso crucificar, imitando a Jesucristo. Ese, añadió, es el testimonio de su Cruz». «Y sobre la Cruz», añadió, «Ismael de Tomelloso es un ejemplo para anunciar y enseñar el camino de la Conversión, la Confesión y la Comunión». «Vivió entregado a Dios, esta es la lección que nos está trasmitiendo continuamente», añadió. «De la crisis actual, moral y religiosa, no se puede salir sin esperanza y esto le ayudo a comprenderlo la Encíclica Spe Salvi de Benedicto XVI», que aconsejó leer a todos.

En el acto participaron también el presidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero, y Natividad Cepeda, Secretaria de la Asociación.

Ismael Molinero Novillo, un joven de Acción Católica de Tomelloso. Fue movilizado por el ejército republicano en la guerra civil y participó en las batallas de Teruel, donde fue preso. Enfermo de tuberculosis, fue trasladado al hospital clínico de Zaragoza, donde falleció con veintiún años. Consciente de que su enfermedad era irreversible, prefirió el silencio, la soledad y el sufrimiento por amor a Dios. Se sinceró con el capellán que le asistía en el Hospital de Zaragoza y le confesó su aceptación de la muerte o si sobrevivía su deseo ser sacerdote.

Marcaba el reloj del ayuntamiento y el de la iglesia las 15,30 horas, o mejor dicho, las tres y media de la tarde, cuando los dos autobuses aparcados delante de la fachada del Ayuntamiento de Tomelloso se pusieron en marcha. Adentro los 102 pasajeros respiramos profundamente y emprendimos viaje a Madrid el jueves 24 de marzo. Todos, interiormente,

pensábamos en aquel joven muchacho que en el año 1937 se despidió de sus padres, hermanos y amigos diciendo hasta mi vuelta o hasta el cielo… Hicimos una parada pasados los cien kilómetros, para llegar a Madrid sin otra necesidad que la de ocupar asiento en el Aula Magna de la Universidad San Pablo CEU. Pasamos al interior y nos fuimos acoplando en la sala, prácticamente vacía, a esperar que se llenara por completo.

Mientras nos sonreímos, yo recordaba el reto que el autor de la biografía que se presentaba de Ismael de Tomelloso «In Silentio…», escrita por Blas Camacho, vicepostulador y presidente de la Asociación para la Canonización de Ismael, le había lanzado a todos al asegurar que los tomelloseros llenaríamos el Aula. Quinientas localidades impolutas aguardaban para ser ocupadas tan sólo para escuchar hablar de un chico normal que sentía la paz en todo su ser y la quería para todos los hombres.

Los minutos pasaban, y en un goteo incesante de gente se fueron ocupando los asientos: la gente llegaba sin ruido ni estruendo, pero sin parar, ocupaban las plazas disponibles hasta que no quedaron asientos para los que miraban y nada encontraban. Tímidamente trajeron sillas plegables de madera y al aforo seguía la gente pasando; trajeron sillas y más sillas y el milagro de los panes y los peces se produjo al ver toda el Aula Magna atestada por gentes venidas a escuchar hablar de un chico de pueblo sencillo y bueno que escribía con alguna imperfección la ortografía y que jamás pisó universidad alguna.

Ocuparon la mesa los ponentes para la presentación del libro. De izquierda a derecha, Joaquín Martín Abad, vicario episcopal para la Vida Consagrada, buen conocedor de todo el proceso, que disertó ampliamente sobre la biografía y el autor. Por la archidiócesis de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, con sonrisa amplia ante la multitudinaria asamblea; Carlos Romero, presidente del CEU, que presentó la mesa y reconoció públicamente que era la primera vez que el Aula Magna se había

llenado en la totalidad -500 plazas, más 50 sillas y los que aguantaron de pie a ambos lados de las paredes, 600 personas- y Blas Camacho, autor del libro, emocionado y con una pizca disimulada de orgullo tomellosero al ver cumplido el reto de llenar el aula y, a su lado, la que escribe y da fe de este acontecimiento, invitada a la mesa por no poder asistir los anunciados Antonio Algora, obispo de Ciudad Real, y Valentín Arteaga, prepósito general de los teatinos y postulador de la Causa. Probablemente sólo Dios sabe el porqué de las cosas y si no fuera por Él, nada de lo ocurrido hubiera sucedido.

Porque, ¿quién podría haber imaginado que aquel pobre soldado de la milicia popular, que tiró su fusil en mitad de la refriega, prisionero tuberculosos, llagado y extenuado hasta morir en un hospital, prisionero rodeado de otros prisioneros, enterrado con su traje color caqui al que una muchacha le cruzó las manos heladas por la muerte y le dejó un rosario entre sus dedos frágiles y amoratados, setenta años después de su muerte, reuniría en torno a su figura a políticos y gentes variopintas para escuchar hablar de su silencio? Silencio de humildad y renuncia en un mundo convulso donde la vida no valía ni tan siquiera el canto del mirlo, que se ofrendó para que la paz volviera sobre todos los pueblos que sufrían y sufren hoy también la guerra.

A mi espalda, detrás de la mesa, Ismael sonreía desde el fondo azul del panel gigante de la portada del libro editado por Ediciones Soubriet del libro «In Silentio…», y su sonrisa iluminaba la noche madrileña y el corazón del cardenal que lo reconoció Santo, a pesar de que Roma aún no lo han hayan reconocido; y todos los allí presentes mostraban en su rostro la certeza de que Ismael era un regalo inmerecido en las puertas recién abiertas del siglo XXI.

El cardenal Rouco se lamentó de que los jóvenes de la mitrad rica del mundo vivan tentados por el poder, con un estilo de vida muy materialista, con carencias profundas de cara a su futuro y con insatisfacción psicológica y espiritual. Señaló que es importante que se muestre la figura de este joven que murió con 21 años y que dio su vida a Dios a través del silencio y el sufrimiento, «justamente» el mismo año en que se celebra en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud, a la que ya se han inscrito más de 300.000 jóvenes y que, según ha apuntado Rouco, se sentirán «entusiasmados» por los rasgos que marcaron la vida de este joven de los años 30. También

recordó a los mártires que murieron por su fe en aquellos años, siendo la mayoría de ellos jóvenes religiosos y laicos.

A Blas Camacho se le quedó diminuto el tiempo para su exposición, porque tenía tanto que decir que apenas se pudo esbozar un pequeño esquema de lo que tenía preparado para ocasión tan especial. Animó a los jóvenes a que vengan a Madrid el próximo agosto a conocer e indagar en la vida de Ismael, un chico normal y simpático que sin apartarse de sus amigos y del mundo fue un ejemplo para todos. Y recordó las 6.000 páginas escritas en folios a lo largo de cinco años depositadas en Roma que abren el camino para la beatificación de un tomellosero enamorado del amor de Dios.

Fue ciertamente una noche inolvidable donde Tomelloso, representado en los que allí estuvimos, dejó escrita en la Universidad San Pablo, la fuerza y el empuje de un pueblo unido por la fe y el convencimiento de que hada hay imposible para Dios

Yo me limité a recordar el paso de la Cruz de los jóvenes ante la tumba de nuestro Ismael: la única tumba visitada en toda su andadura viajera. Recordé mi infancia y a mis padres que me legaron el único legado imperecedero, la fe de mis mayores.

Al terminar el acto volvimos a los autobuses, dejando en los asistentes residentes en Madrid, la admiración hacia un pueblo lleno de esperanza en un mundo mejor por creer firmemente en la figura de chico normal, que de normal, no tenía nada.

Podría enumerar casi todos los nombres de los que allí estuvimos. Ciertamente fue emocionante comprobar que el pensamiento de Ismael sigue vigente cuando dice: «Como no se hablar y tengo poca inteligencia, no se decir a nadie cosas buenas y de religión; por eso quiero dar ejemplo de vida». Y siguiendo su estela llegamos a la una de la noche al punto de partida. Nos bajamos de los autobuses y nos desperdigamos por las calles camino del amparo de nuestras casas. Ojalá que su ejemplo nos cambie la vida y nos ponga en el alma la luz de su sonrisa.

RESEÑAS

«El esfuerzo de recuperar la memoria de Ismael de Tomelloso y hacerlo justamente en el año de la JMJ es muy espiritual, probablemente hay una acción del Espíritu detrás de esta recuperación de la memoria de este joven.

Por tanto, es la recuperación de un santo. Y un santo joven, del primer tercio del siglo XX, décadas dramáticas no sólo en España, sino en toda Europa. De una juventud que le tocó vivir una hora histórica, para los que tenían fe, como una hora de martirio.»

Europa Press

El Cardenal-Arzobispo de Madrid Ms. Antonio María Rouco Varela, destaca que Ismael de Tomelloso «es un ejemplo para los jóvenes del siglo XXI, tentados por carencias profundas e insatisfacción espiritual»

Alfa y Omega

El 1 de agosto se inaugura la Exposición “Ismael de Tomelloso” en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles en Madrid, con motivo de la JMJ Madrid 2011.

<<«El esfuerzo de recuperar su memoria y hacerlo justamente en el año de la JMJ es más que laudatorio, es muy espiritual, probablemente hay una acción del Espíritu detrás de esta recuperación de la memoria de este joven. Por tanto es la recuperación de un santo. Y un santo joven, del primer tercio del siglo XX, décadas dramáticas no sólo en España sino en toda Europa. De una juventud que le tocó vivir una hora histórica, para los que tenían fe, como una hora de martirio.

La recuperación de este muchacho es una recuperación típica de un joven de España, de la España de entonces, para la España de hoy. Si, no fue mártir en el sentido cruento de la expresión, pero vivió martiriálmente. Quizá sea la expresión que se adecúa a la realidad de la biografía de este muchacho. Vivió martirialmente.

Esa elección del silencio por Cristo, ese acogerse a la Cruz de esa forma y de esa fórmula, muy generosa, muy oblativa, muy en la línea de la Cruz de Cristo, hace de su vida, primero, de testigo y testimonio de la bondad, y del amor y de la redención que vienen del señor para sus jóvenes compañeros del ejército popular, pero también una invitación a los jóvenes del otro lado para vivir su victoria de una forma también reconciliadora y llena de misericordia y de compasión, y de amor del Señor. Evangeliza por un lado y evangeliza por el otro.»>>

El Padre Florentino del Valle, de la Compañía de Jesús, primer biógrafo del Siervo de Dios en los años cuarenta, con el título: «Ismael de Tomelloso. La lección de su silencio», el 19 de junio de 2009, a los 101 años, hizo estas declaraciones:

El P. Valentín Arteaga, Postulador de la Causa de Canonización y Prepósito General de los Teatinos dice: <<» Justamente encuentra que el silencio va a ser su Cruz; el madero de su cruz es el silencio»>>

Ms Algora Hernando, ha dicho: <<«…en el hospital es donde cuaja Ismael su entrega de la vida, identificándose con Jesucristo en la Cruz…» …que en la Jornada Mundial de la Juventud Juan Pablo II tuviera la inspiración de ofrecer la Cruz desnuda a los jóvenes,… y que viene a nuestra diócesis…Perdonad la emoción, pero viene a Tomelloso, viene a la tumba de Ismael al cementerio. Es nuestro pequeño homenaje a un hombre que ha dado su vida por Cristo. Y desde Jesucristo se ven las cosas con una claridad impresionante, e Ismael las vio. Las vio y dio una respuesta.»>>

En la Exposición se ha ofrecido una oportunidad de descubrir la vida del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso y participar de su silencio.

<<«…unos de los misterios de Ismael, es ese silencio que guarda y que quiere imponer en aquellos a los cuales se ha abierto… hay un pequeño enredo entre el silencio y el hablar, por una parte es el silencio, un silencio que lo pide Ismael a aquellos con quienes ha hablado.

Yo creo que falta la explicación de por qué Ismael se inclina al silencio de esa manera, ¿por qué? Ahí detrás, en el fondo, hay algo que no ha quedado a mi entender, ni está totalmente aclarado ¿Por qué esa imposición? ¿Por qué ese silencio? ¿Por qué la imposición del silencio? ¿Por qué? Ese por qué no tiene, que yo sepa, hasta ahora explicación total y absoluta.» >>

El capellán del Campo de Concentración de San Juan de Mozarrifar, en Zaragoza, Don Ignacio Bruna, que fue llamado por Ismael para que le administrara el sacramento de la Confesión cuando estaba próximo a morir, rompiendo por primera vez su silencio, dejó escrito el año 1938 lo siguiente:<<» Ahora, como recuerdo y para ejemplo de los jóvenes católicos, contemplemos la flor sin deshojarla; ya nos deparará Dios ocasión de abrir el búcaro de su santa vida y gloriosa muerte para recrear al mundo con sus más delicadas esencias».>>

Esa elección del silencio por Cristo, ese acogerse a la Cruz de esa forma y de esa fórmula, muy generosa, muy oblativa, muy en la línea de la Cruz de Cristo, hace de su vida, primero, de testigo y testimonio de la bondad, y del amor y de la redención que vienen del señor para sus jóvenes compañeros del ejército popular, pero también una invitación a los jóvenes del otro lado para vivir su victoria de una forma también reconciliadora y llena de misericordia y de compasión, y de amor del Señor. Evangeliza por un lado y evangeliza por el otro.»>>

El Padre Florentino del Valle, de la Compañía de Jesús, primer biógrafo del Siervo de Dios en los años cuarenta, con el título: «Ismael de Tomelloso. La lección de su silencio», el 19 de junio de 2009, a los 101 años, hizo estas declaraciones:

<<«…unos de los misterios de Ismael, es ese silencio que guarda y que quiere imponer en aquellos a los cuales se ha abierto… hay un pequeño enredo entre el silencio y el hablar, por una parte es el silencio, un silencio que lo pide Ismael a aquellos con quienes ha hablado.

Yo creo que falta la explicación de por qué Ismael se inclina al silencio de esa manera, ¿por qué? Ahí detrás, en el fondo, hay algo que no ha quedado a mi entender, ni está totalmente aclarado ¿Por qué esa imposición? ¿Por qué ese silencio? ¿Por qué la imposición del silencio? ¿Por qué? Ese por qué no tiene, que yo sepa, hasta ahora explicación total y absoluta.» >>

Año 2012

El 19 de marzo se crea la Beca Seminarista de Ismael de Tomelloso.

El l2 de abril se abrió en Zaragoza una Delegación.

El 5 de mayo se celebra en el centro de Cáritas en Tomelloso, una convivencia con motivo del 74 aniversario del fallecimiento de Ismael de Tomelloso.

El 26 de junio se obtiene el “Nihil Obstat” para editar el libro “Noster Est”, que es editado en Julio.

El 9 de noviembre se presenta la Delegación de la Asociación para la Canonización del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso en Zaragoza y el documento titulado «Noster est», escrito por el sacerdote de Zaragoza don Mariano-Sergio Mainar Elpuente, miembro de la Comisión Histórica.

Mesa presidida por Monseñor Ureña Pastor, Arzobispo de Zaragoza; a su derecha don Mariano Mainar y a su izquierda don Jesús Barco y don Jesús Marcos.

El acto se celebró el 9 de noviembre en la Casa de la Iglesia y fue presidido por el señor arzobispo. El salón de actos estaba totalmente lleno de público, destacando miembros del clero y de las congregaciones religiosas y apostolado seglar. Comenzó por la proyección de un vídeo sobre la vida de Ismael.

Intervino luego don Blas Camacho Zancada, vicepostulador de la Causa, dando lectura a varias adhesiones escritas, entre ellas la del postulador Padre Valentín Arteaga.

A continuación habló el doctor don Jesús Barco, presidente diocesano de la Juventud de Acción Católica desde 1937 a 1952,aportando datos muy interesantes vividos en Zaragoza en los tiempos de la estancia de Ismael.

Del 9 al 17 de noviembre, se celebra la Exposición “Ismael de Tomelloso”, en la Casa de la Iglesia, en Zaragoza.

Año 2013

El 11 de febrero, el Papa Benedicto XVI renuncia a su cargo pastoral.

EL PAPA EMÉRITO BENEDICTO XVI EN BUSCA DE LA PALABRA Y DEL SILENCIO Y OCULTO DEL MUNDO

Lo ha dejado escrito en la Exhortación Apostólica Verbum Domini (30 de septiembre de 2010. n. 66):

«La Palabra sólo puede ser pronunciada y oída en el silencio, exterior e interior. Redescubrir el puesto central de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia quiere decir también redescubrir el sentido del recogimiento y del sosiego interior. La gran tradición patrística nos enseña que los misterios de Cristo están unidos al silencio y sólo en él la palabra puede encontrar morada en nosotros, como ocurrió en María, mujer de la Palabra y del silencio inseparablemente.»

La vida de Joseph Ratzinger y del Santo Padre Benedicto XVI es un ejemplo de unidad, humildad y coherencia en la búsqueda de la verdad, en la razón y en la fe.

Benedicto XVI deja de ser Pedro, pero no dejará de ser Apóstol que, según san Pablo (I Cor. 12), es el puesto más importante en la Iglesia.

La pasada Navidad el Papa ha enviado un Christma muy ilustrativo, lleno de contenido apostólico en busca de la Palabra de Dios. En el anverso aparece el Niño Jesús (la Palabra de Dios –La Verdad-) nacido en Belén e iluminando con su luz a María, la Virgen, a san José, que han sufrido mucho en la espera del Hijo, y a los pastores, que representan a la humanidad entera que sufre esperando la venida definitiva de Jesús.

En el reverso, el Salmo 85, 12 dice

«VERITAS DE TERRA ORTA EST!»

(«¡LA VERDAD BROTARÁ DE LA TIERRA!»)

La Verdad brotará de la tierra de Belén, donde el Verbo se hizo carne en un establo, pobre, en silencio.

En el Libro de Isaías (55, 10-11):

«Así dice el Señor: «como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi Palabra, que sale de mi boca: no volverá vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.»»

El día elegido para el anuncio ha sido el lunes, 11 de febrero, alrededor de la hora del Angelus, en la festividad de la primera aparición de la Virgen de Lourdes, por cuya intercesión el Señor ha curado el cuerpo y el alma de cientos y miles de personas.

El 10 de marzo, se celebraron las Bodas de Oro Sacerdotales del Postulador de la Causa Padre Valentín Arteaga.

El 13 de marzo, Festividad de la Beata brasileña Dulce Lopes Pontes, ha sido elegido para suceder al Obispo emérito de Roma Benedicto XVI, en la silla de San Pedro, el Papa Francisco.

El 30 de abril se inaugura la Exposición 75º aniversario del fallecimiento del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso en Zaragoza el día 5 de mayo de 1938. Esta exposición se presenta en la Casa de la Cultura y en la Posada de los Portales, en Tomelloso.

Palabras del Padre Valentín Arteaga

Mayo: Mes de la Virgen María, Madre de la Fe.

La Virgen María ha estado siempre presente en la vida y en la muerte de Ismael, con momentos, actuaciones y fechas muy precisas:

Nació en Tomelloso el 1 de mayo de 1917.

Fue bautizado el 6 de mayo de 1917.

Confesó, comulgó, recibió la unción de enfermos y falleció en Zaragoza el 5 de mayo de 1938, diciendo,

«-¡Madre mía del Pilar, sálvame! ¿Dios mío, misericordia! ¿Sagrado Corazón de Jesús, en Vos…»

En mayo de 1940 más de veinte mil jóvenes lo aclamaron como santo en la Plaza del Pilar de Zaragoza.

Los restos mortales fueron trasladados el 13 de mayo desde Zaragoza hasta el cementerio de Tomelloso.

Más de veinte mil jóvenes de Acción Católica, el 20 de mayo de 1956, le hicieron un homenaje en Tomelloso por su fama de santidad.

Desde entonces en silencio… hasta el siglo actual.

En Tomelloso, con una exposición, conferencias, rezo del rosario en su tumba y una misa celebrada por el Obispo Prior, Ms. Antonio Algora Hernando, en la que el silencio de Ismael se hizo presente de nuevo en medio de la multitud que abarrotaba el templo donde fue bautizado, y que participó muy activamente con el silencio, la oración, la canción y la palabra.

En Zaragoza, el día 4, el Consiliario, don Carlos Parra Aceveda, celebró misa vespertina, recordando la agonía del prisionero del Hospital Clínico rogando a la Madre, que cobijó celestialmente su tránsito, que llegue pronto su glorificación y el día 5, apareció la esquela en el Heraldo de Aragón, y un misionero de la Consolata, keniata, celebró la Misa, en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores.

El 23 de mayo, festividad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, se ha presentado la Asociación para la Canonización del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso en el Seminario Conciliar de Madrid, bajo la presidencia del Excmo. y Rvdmo. Ms. César Franco, Obispo Auxiliar de Madrid, con intervención del Vicario Episcopal para la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Madrid, Ilmo. y Rvdmo. Ms. Joaquín Martín Abad.

Se inició el acto con la exhibición de un breve DVD sobre la vida del Siervo de Dios, que fue explicado por el Presidente de la Asociación y Vicepostulador de la Causa de Canonización.

Agradeció al Señor Cardenal Arzobispo de Madrid, Ms. Antonio María Rouco Varela y al Rector del Seminario Conciliar que hubieran permitido la presentación del Siervo de Dios en este lugar porque Ismael había confesado al capellán del Campo de Concentración de San Juan de Mozarrifar, don Ignacio Bruna, cuando se vio próximo a morir, su deseo de ser sacerdote según escribió el Operario Diocesano don Clemente Sánchez en la Revista Dominicana «la Vida Sobrenatural» desde Tucuman (Argentina) en 1942, con los testimonios directos y escritos que recibió de don Ignacio Bruna y de la enfermera, Aurora Álvarez, que asistió a Ismael en el Hospital Clínico de Zaragoza hasta su muerte…

El 14 de octubre, se inaugura la exposición “Ismael de Tomelloso” en el Obispado de Ciudad Real, incluyendo un ciclo de conferencias del 15 al 18 de octubre. Estas conferencias son recogidas en el libro “Ismael de Tomelloso en Ciudad Real”, editado en octubre.

El 1 de noviembre, el Papa Francisco presidió la Festividad de Todos los Santos en la entrada del cementerio de Roma.

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