José Vicente Cepeda, Delegado de la Asociación en Madrid, inició su intervención dando las gracias a todos por su presencia en esa calurosa tarde de verano.

Cuando Olga, a principios de mayo, me ofreció fechas disponibles ya intuíamos que iban a ser poco propicias; pero me alegro de tanta actividad social y cultural que presta la Casa de Castilla La Mancha.

Y aquí nos hemos reunido para hablar de un manchego, tomellosero. Ismael de Tomelloso, y clausurar con este acto el año del primer Centenario del Nacimiento del Siervo de Dios.

A pocos Siervos de Dios se les conoce su procedencia. Ismael es caso especial. Ya sabéis la mayoría por qué a Ismael Molinero Novillo le conocemos por Ismael de Tomelloso. Fue en el hospital clínico de Zaragoza, cuando el que sería años después sacerdote, don José Ballesteros, reconoció a un joven ingresado en aquel hospital. Le reconoció porque al recordar los ejercicios espirituales que hizo con Ismael en el Seminario de Ciudad Real, en 1935, al leer la ficha de la cabecera de la cama donde se encontraba le reconoció y le dijo: “Pero tú ¿eres Ismael de Tomelloso, que estuviste haciendo los Ejercicios Espirituales en el seminario?” Así se le empezó a conocer en el hospital, y así le seguimos conociendo nosotros, y así se le seguirá conociendo el día que suba a los altares.

De esta manera, aparentemente tan casual, Ismael Molinero Novillo, este joven manchego, se le conoce por Ismael de Tomelloso, y Tomelloso es conocido por diferentes partes del mundo, sí digo bien, del mundo. Es un manchego universal.

«Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, Yo estoy en medio de ellos», dijo el Señor. Aquí estamos más de tres para hablar de Dios, con la seguridad de que el Señor está en medio de nosotros. Por tanto, no es cuestión de números, sino más bien de predisposición, y los que aquí nos hemos reunido estamos convencidos que Ismael, es un joven amigo de Dios, y Dios quiere que esta tarde estemos aquí para pedir su Canonización.

Y que mejor para ello que tener a Joaquín, a Blas y a Don Antonio para celebrar este acto.

Joaquín Navajas, flamante Presidente de la Asociación, gran profesional de la medicina, que derrocha ilusión por esta Causa nos hablará de Ismael, sobre todo por haber sido el instructor e investigador del caso de esa madre y su bebé que será objeto de estudio en Roma. Podría ser el milagro para la beatificación de Ismael. Nada más y nada menos.

Presentar a Blas Camacho cuesta. Hasta hace poco era él quien presentaba a los que asistíamos a actos en torno a la figura de Ismael. Y hoy, fijaros, el rigor del acto dice que soy yo quien tiene que presentarlo. Me sale que es el “Alma Mater” de este proceso que a tantos y tantos nos ilusiona. Como sé que no le va a gustar que así lo diga, lo definiré como el instrumento puesto por Dios para que tantos años de silencio sobre Ismael de Tomelloso, se hayan convertido en años de trabajo, empeño y dedicación para poner ante la Iglesia los testimonios recabados respecto a nuestro Ismael, para que cuando Dios lo quiera, se pronuncie y declare que vivió extraordinariamente las virtudes cristianas, y que merece ser reconocido, antes o después, en el libro de los santos.

Y para cerrar el acto, Don Antonio Algora Hernando. Poca presentación necesita nuestro obispo emérito, quien siendo Obispo Prior de la Diócesis de Ciudad Real, fue enviada la petición Nihil Obstat a la Santa Sede. Era el 28 de diciembre de 2007. Y aquí estamos, gracias a Dios, y por la Gracia de Dios, unidos e ilusionados en esta Asociación que aspira a que un día Ismael Molinero Novillo, Ismael de Tomelloso, suba a los altares.

No hay mejor terna para disfrutar escuchando lo que nos van a hablar acto seguido de Ismael Molinero Novillo, el Siervo de Dios manchego, de Tomelloso.

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