SAN JOSÉ
19 DE MARZO DE 2015
Una buena noticia.
La Positio está terminada.
Seguiremos rezando por todos aquellos que van a intervenir en los pasos siguientes en la Causa de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso: Historiadores, Teólogos, Cardenales y Obispos.
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Imagen de San José con el Niño Jesús que convivió un año en una cueva de Tomelloso junto a un perseguido durante la Guerra Civil
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EL 18 DE MARZO DE 1938 ROMPIÓ EL SILENCIO PARA CONFESARSE CON EL CAPELLÁN DE LA PRISIÓN DON IGNACIO BRUNA EN LA GUERRA CIVIL
TUVO LUGAR EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE SAN JUAN DE MOZARRIFAR, DONDE ISMAEL ESTABA PRISIONERO.
CUENTAN LOS BIÓGRAFOS LA CONVERSACIÓN QUE MANTUVO CON DON IGNACIO BRUNA DESPUES DE LA CONFESIÓN:
“En el campo de concentración de San Juan de Mozarrifar (Zaragoza), tuve ocasión de conocer a esta humilde violeta transplantada ya a los jardines del cielo. El día 18 de marzo de 1938, al hacer mi visita ordinaria a la enfermería, observé en uno de los enfermos una sublime actitud y como un nimbo de santidad. Me acerqué a él con respeto y cariño, haciéndole las preguntas de ritual para entrar en conversación:
….
–Mire, Padre, voy a morir y quiero confesarme, si a usted no le molesta…
–Estoy preparado, pero habrá de tener mucha caridad conmigo. Estoy muy mal.
Una hora aproximadamente duró su confesión. El sigilo sacramental no deja correr mi pluma; me he de limitar a narrar la conversación habida después de la confesión.
(Despues de la conversación mantenida que se puede ver en el texto completo)...
…
Don Ignacio Bruna elogia así al buen Ismael:
«“He visto muchos que ostentan sobre sus pechos medallas y condecoraciones; caballeros mutilados; caballeros de España y los contemplo con cariño, porque todos ellos aportaron grandes sacrificios por la salvación de la Patria. En Ismael no vi condecoraciones, ni medallas, ni cruces y conste que las tenía.
¿Cuáles eran sus cruces? Semejantes a las del Crucificado. Llagas en todo su cuerpo, carencia de todo, privación del consuelo humano”.
“Cuando mi celo tropieza con corazones duros y desagradecidos, traslado mis recuerdos a la enfermería de ese campo y a aquella fecha del 18 de marzo y me parece ver la figura de aquel ángel, que sólo sabía sonreír, y que me dice: “Padre, adelante, yo lo bendigo desde el Cielo”. En su dietario, que escribió un día de aquellos, apunta: “¿Habrá muerto?¿Vive todavía? Lo ignoro; tengo presente su nombre Ismael, y sus virtudes”.
Cuando el buen capellán llegó a casa de la patrona aquella noche, dijo a los que allí había: “¡Con qué gusto me cambiaría por uno de los que van a morir!».
La tarde del 18 de marzo de 1938 una ambulancia trasladó a Ismael al Hospital Clínico de la Facultad de Medicina de Zaragoza.
DOMINGO, 15 DE MARZO DE 2015
Séptimo Domingo de San José.
Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos y al no hallarle volvieron a Jerusalén. Y ocurrió que, al cabo de tres días, lo hallaron en el templo en medio de los doctores, oyéndoles y haciéndoles preguntas (Mt 2, 44-46)
Grande fue su dolor al perder, sin culpa, al Niño Jesús y tener que buscarle, con gran pena, durante tres días; pero mayor fue tu gozo cuando al tercer día lo hallaron en el templo en medio de los doctores.
San José es el maestro del silencio hasta el extremo de que no se conoce el momento en el que se fue al cielo, pues la última vez que sabemos de su vida en la tierra por los Evangelios es cuando Jesús tenía 12 años, se perdió y lo encontraron María y José en el templo de Jerusalen entre los doctores.
Como toda su vida transcurrió junto a Jesús y María, se fue al cielo en su compañía y por eso es el patrono de la buena muerte.
El transito de San José. Francisco de Goya. Valladolid
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Hoy 15 de marzo es la fiesta de Santa Luisa de Marillac, Cofundadora con San Vicente de Paúl de las Hijas de la Caridad, que falleció en Paris el 15 de marzo de 1660, pero como este año 2015 el día 15 de marzo es Domingo la fiesta se celebra el lunes día 16.
San Vicente de Paul
Santa Luisa de Marillac
La fe de Ismael se aumenta y se cultiva en el Colegio de la Milagrosa de Tomelloso que dirigen las Hijas de la Caridad, donde aprendió a rezar a la Virgen de la Medalla Milagrosa, en cuya Basílica de Madrid está domiciliada la Delegación de la Asociación.
Virgen Milagrosa que se venera en la Basílica de Madrid
Hay un texto manuscrito por sor Felices Sánchez, el alma del Colegio de la Milagrosa, en el que cuenta algunos rasgos de la vida de Ismael y el momento en que fue a despedirse de las Hermanas en Tomelloso, la víspera de su marcha al frente:
«Todo cuanto debemos decir de nuestro querido Ismael resultará pálido, porque es muy difícil llegar a valorar un espíritu tan lleno de Dios como era Ismael. Empezó más tarde que otros; pero corrió y llegó muy pronto a escalar la meta.
A mí me admiraba su espíritu de servicio a los demás; se le veía que era su carisma; siempre dispuesto a todos los servicios que eran necesarios; tanto en Acción Católica como en cualquier favor que pudiera ser útil a los demás.
¡Cuánto gozaba él! porque no solo era hacer el servicio sino con el buen espíritu con que lo hacía. Siempre dinámico, tan alegre y contento, con su espíritu juvenil que le caracterizaba y que se ganaba el cariño de todos.
Ismael tenía un espíritu de artista; era muy útil para las catequesis que teníamos en la Parroquia; preparaba a los niños que era un encanto; en los ratos libres preparaba el escenario con una gracia que ninguno le igualaba.
¡Todos queríamos a Ismael!
Era amante fidelísimo de la Parroquia y de todas las Obras Parroquiales.
Fue muy emocionante la noche anterior a su partida para el frente donde estábamos dos Hermanas hospedadas y pide una medalla de la Virgen y él mismo cosió su medalla entre telas del chaleco; yo le deje hiciera él todo porque me estaba sirviendo de meditación aquel acto que nunca olvidé». (Pág. 191 de «IN SILENTIO…»)
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Sor Aurora Serrano López
– Sor Aurora Serrano López, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, nacida en Villanueva de los Infantes el año 1920, ha dicho:
«… El recuerdo más vivo que tengo de Ismael es cuando en Tomelloso las amigas íbamos a hacer una visita al Santísimo y estaba Ismael haciendo la visita, que parecía un ángel. Lo decían las muchachas de mi tiempo, de 10 años, más ó menos.
Cuando salíamos, esperábamos a ver lo que nos decía, cosas de crías, y nos decía: “Hola muchachas, ¿queréis mucho a Jesús?” “Claro, por eso venimos, porque lo queremos”, dijo una muy resuelta. “El domingo tenemos teatro en el colegio de las Hermanas”, nos decía Ismael; “son 5 céntimos la entrada”. Y añadía: “¿Sabéis que vamos a hacer? Os vais preparando con vuestras amigas y luego el dinero que recaudemos se lo damos a sor Felices, para las misiones”. Y se despedía con aquella sonrisa, con aquella cara de ángel. Yo me acuerdo de la cara de Ismael…
Era muy amante de la Virgen, amante de los pobres cien por cien. Yo lo estoy viendo en aquellos inviernos, que ibas abrigadita como podías, con un abriguejo, y lo estoy viendo con una gabardina muy clara, del comercio en donde él estaba, a la vuelta de la Parroquia, El Siglo. Entonces, este muchacho tenía arte, era un artista, y sentía el arte en su cuerpo. Ponía los escaparates de maravilla, y se ganaba a toda la parroquia del pueblo. Todos, todos. Tenía un arte para declamar, que no te puedes figurar la gracia que tenía para la poesía de Mi vaquerillo, y toda la gente llorando. “Bueno, cuando se acabe esto, empezaremos con otra cosa”. Y empezaba otra poesía…
Va a ser una cosa grandiosa, para gloria de Dios y de la gente, que vean que hay santidad dentro de un mundo tan corrompido…»
« … ¿Sabes cómo hacían la oración? En una hoja de papel de fumar se apuntaban el tema y entonces el papel lo echaba por la rejilla de la cueva a los amigos.
Así hacían la meditación y se iban de una casa a la otra, dejaban caer el papelillo en la lumbrera, y así iban haciendo la oración hasta que vino la guerra y se tuvieron que ir cada uno por su lado. Pero Ismael tenía una pasión, que me ha llamado a mí mucho la atención, el ansia de madre que tenía. No se ha dado usted cuenta que dice “cuanto quise el martirio y aún lo he conseguido, no por el derramamiento de mi sangre por la fe, pero sí el lento sufrir, el abandono y la ausencia de mi santa madre”. »
« … Siempre que he ido al cementerio, bien lo sabe Dios, pasaba por la tumba de Ismael y me arrodillaba y le decía: “Ismael, acuérdate de la juventud de tu pueblo, no la olvides”. Y me despedía: “Ismael, ¿sabes lo que te digo? Por la juventud de tu pueblo, no nos olvides”. Siempre le he dicho esto, y por eso creo que he perseverado muchos años.
Qué hermosura lo que nos va a regalar el Señor, después de tanto abandono, porque ha sido abandono. Lo han tenido muy abandonado. Fue un martirio. Yo quiero mucho a Ismael, y lo vamos a ver en los altares. Sí, no se quede usted serio, lo veremos en los altares.
Lo importante de esto es que de verdad se remueva a la juventud»
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