“Estaba en el hospital en 2008, sin poder comunicarme y en estado de inconsciencia, pero oía a mi hija, aunque no comprendía lo que estaba diciendo. Ella se fue del hospital y me quedé sola. Por la noche, en la UVI despierta, empecé a pedir y a implorar a Ismael de Tomelloso y a Miguel Montañés, que lo acercó a la Acción Católica, durante toda la noche. El domingo por la mañana, cuando fueron mis hijas a verme, la doctora les dijo que no sabía lo que había pasado, pero que su madre tenía una naturaleza de roble porque, así como les había dicho que me habían llevado muerta, había dado un giro y me encontraba muy bien”.
M.M. Tomelloso(Ciudad Real)
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