(Un refrán de Tomelloso dice:
«Hasta San Antón Pascuas son.»
Hoy decimos:
«Hasta la Presentación Pascuas son.»
FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR Y DE LA PURIFICACIÓN DE SU MADRE LA VIRGEN MARÍA.
Es una de las fiestas más antiguas para los cristianos.
Esta es la fiesta de la LUZ DEL SEÑOR Y DE LA LUZ DE LA VIRGEN MARÍA. Con procesión de velas y candelas encendidas: Nuestra Señora de la Candelaria.
Esta es la fiesta de la PURIFICACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, cuarenta días después del nacimiento de Jesús, para cumplir la Ley de Moisés y dar ejemplo de respeto y de humildad.
Esta es la fiesta del ENCUENTRO DE LA SAGRADA FAMILIA, JESÚS, MARÍA Y JOSÉ CON SU PUEBLO EN EL TEMPLO.
Domingo, 1 de febrero de 2015.
Ell 1 de febrero de 2015 es el primero de los siete domingos de San José, para preparar la fiesta el 19 de marzo de 2015.
De San José no hemos recibido ni una sola palabra oral o escrita, pero sí nos ha quedado la lección de su silencio, de su vida de familia y de trabajo, con los dolores y las alegrías de un hombre corriente.
El domingo 1º contemplamos el dolor de José cuando estaba decidido a repudiar a la Virgen María. Pero ese dolor se convirtió en alegría cuando el Arcángel le reveló el misterio de la Encarnación, nada menos que el nacimiento del Hijo de Dios, como había sido anunciado cientos de años antes por los profetas.
Los seis domingos siguientes contemplamos el dolor del abandono y de la soledad en el parto; la alegría del nacimiento de Jesús; la circuncisión; la presentación en el Templo bajo la profecía de que una espada traspasará el alma de María; la inesperada huída a Egipto; el inesperado regreso a Nazaret; y el niño Jesús perdido en el camino de regreso de Jerusalén a Nazaret.
Silencios elocuentes, conocidos, reconocidos y probados, entre dolores, sufrimientos y alegrías consecuencia de aceptar la voluntad de Dios.
***
LOS SILENCIOS DEL PAPA FRANCISCO
El Papa Francisco volvió a darnos una muestra del valor del un silencio, tan grande, como aquel silencio con el que sorprendió al mundo entero el día de su elección como Papa en el balcon del Vaticano.
En esta ocasión lo hizo en la Isla de Leyte, que fue devastada el año 2013 por un tifón. Durante su reciente viaje a Filipinas, el 17 de enero de 2015, cuando iba a comenzar su homilía en Inglés cambió a la lengua madre, el español y dijo, entre otras cosas, lo siguiente:
«Estoy para decirles que Jesús es el Señor, que Jesús no defrauda. Padre,- me puede decir uno de ustedes-. A mí me defraudó, porque perdí mi casa, perdí mi familia, perdí lo que tenía, estoy enfermo……
Tantos de ustedes han perdido todo. Yo no sé qué decirles. ¡Él sí sabe qué decirles!. Tantos de ustedes han perdido parte de la familia. Solamente guardo silencio, los acompaño con mi corazón en silencio…
Tantos de ustedes se han preguntado mirando a Cristo: ¿Por qué, Señor? Y, a cada uno, el Señor responde en el corazón, desde su corazón. Yo no tengo otras palabras que decirles. Miremos a Cristo: ´Él es el Señor, y Él nos comprende porque pasó por todas las pruebas que nos sobrevienen a nosotros.
Y junto a Él, en la cruz estaba la Madre….decirle: «¡Mamá!», como un chico que cuando tiene miedo dice: «¡Mamá!». Es quizás la única palabra que puede expresar lo que sentimos en los momentos oscuros: ¡Madre!, ¡Mamá!.
Hagamos juntos un momento de silencio, miremos al Señor. Él puede comprendernos porque pasó por todas las cosas. Y miremos a nuestra Madre….En silencio, hagamos esta oración, cada uno dígale lo que siente… »
(Después de un momento de silencio el Papa continuó su discurso.)
«No estamos solos, tenemos una Madre, tenemos a Jesús, nuestro hermano mayor. No estamos solos….»
(Al final de la misa, después de la Comunión, el Papa pronunció la siguiente oración de acción de gracias.)
«Acabamos de celebrar la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo:
Gracias, Señor, por estar hoy con nosotros.
Gracias, Señor, por compartir nuestros dolores.
Gracias, Señor, por darnos esperanza.
Gracias, Señor, por tu gran misericordia.
Gracias, Señor, porque quisiste ser como uno de nosotros.
Gracias, Señor, porque siempre estás cercano a nosotros, aún en los momentos de cruz.
Gracias, Señor, por darnos la esperanza.
Gracias, Señor, que no nos roben la esperanza.
Gracias, Señor, porque en el momento más oscuro de tu vida, en la cruz, te acordaste de nosotros y nos dejaste una Madre, tu Madre.
Gracias, Señor, por no dejarnos huérfanos.»
***
El día 1 de febrero de 1938, el Siervo de Dios Ismael escribió dos cartas, una a sus padres y otra a su amigo Pedro Cuesta, Secretario de Acción Católica de Tomelloso. Son las dos últimas cartas que se conservan del Siervo de Dios, escritas desde el frente del Alfambra.
En la primera:
«A mis muy queridos padres y hermanos: …
Acaba enviando saludos a sus amigos y vecinos nombrando a todos por sus nombres, como hacía siempre.
La segunda la dirige a su amigo Pedro Cuesta, Secretario de Acción Católica de Tomelloso, y le dice:
«Aquí sólo se necesita serenidad, esperanza, y fe …»
***
La primera semana de febrero de 1938 se vive uno de los inviernos más crudos que se recuerdan en Teruel, con temperaturas de más de veinte grados bajo cero con los campos cubiertos de nieve helada. Así comienza el martirio del silencio del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso. Tras una corta batalla que duró tres días, el lunes 7 de febrero, miles de prisioneros, entre los que se encuentra el Siervo de Dios Ismael de Tomelloso, fueron conducidos a unas parideras de ganado en Santa Eulalia del Campo. Más de veinte kilómetros tuvieron que recorrer a pie caminando sobre el hielo.
Al hacer la ficha de los prisioneros, unos se disculpan, otros se avalan y quedan libres, e Ismael toma la «extraña» actitud de guardar silencio.
Dicen sus biógrafos:
«Él no se avala; con nada se disculpa. Allí mismo había un Capitán de su pueblo (Capitán Francisco Vázquez López-Ortega, natural de Tomelloso, que acabó siendo General y profesor de equitación en la Academia General Militar de Zaragoza), conocido y amigo de la familia de Ismael y no busca su protección. ¡Calla! Descubrir sus ideales y su personalidad en la Acción Católica, lo hubieran libertado; pero Ismael estruja el corazón que llora sangre, que agoniza de torturas ¡y calla!, calla con aquél silencio santo y sublime que lo ató al sacrificio y al dolor.
¡Qué difícil es callar, para padecer!…». (págs.. 133 y 134 de «In Silentio…»).
Lugar conocido como Masada de la Hoya del Monte, donde condujeron a los prisioneros en Santa Eulalia del Campo. (Según estaban el 27-09-2010.)
En las parideras murieron congelados por el frio miles de prisioneros. Ismael había contraído allí una pulmonía que le causó la muerte. (Según estaban el 23-03-2014.)
Campo de Concentración de San Juan de Mozarrifar
El 14 de febrero de 1938 los prisioneros fueron trasladados al Campo de Concentración de San Juan de Mozarrifar, cerca de Zaragoza, donde Ismael siguió sufriendo en silencio, ahora más aún a causa de la enfermedad.
Deje su comentario