Un día, el 28 de julio, al preguntarle a una amiga cómo iban sus vacaciones me contó que creían que su abuelo tenía leucemia y que le iban a realizar una prueba el 7 de agosto.

Yo, sin saber nada más, ni siquiera la prueba que le iban a realizar, recé a Ismael pidiéndole que este hombre no tuviera leucemia. Unos días después, el 24 de agosto, recibí un mensaje de mi amiga diciendo que no tenía leucemia. Yo vi un gran favor, pero más impresionante cuando me enteré de la historia completa: el abuelo de mi amiga llevaba dos meses en el hospital haciéndole pruebas pero ninguna advertía nada raro, hasta que algunos familiares pidieron al equipo médico que se realizara una prueba para detectar tumores.. Una vez realizada se le diagnosticó leucemia.

La prueba del 7 de agosto era una biopsia para saber el grado de leucemia que tenía. Es decir, cuando yo le pedí a Ismael que el abuelo de mi amiga no tuviera leucemia, ya se la habían diagnosticado, y cuando realizaron la prueba para ver el grado de la enfermedad no encontraron leucemia sino una alteración de la sangre debido a los medicamentos que había estado tomando.

Un favor que nos concede Dios a través de Ismael, como muchos otros que ya nos ha concedido, que nos confirman que Ismael nos cuida desde el cielo.

A. C. F.

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